martes, 22 de mayo de 2018

Participación en el Paseo Jane's walk, organizado por la asociación vecinal La Revuelta

El pasado día 13 de mayo varios miembros de Eliminando Barreras, y a su vez de VIAndalucía y AUPGA, participamos en uno de los paseos urbanos Jane´s Walk, que anualmente organiza la Asociación vecinal La Revuelta; en esta ocasión, el recorrido por el barrio giraba en torno al urbanismo feminista.

Debido a las dificultades de accesibilidad no pudimos realizar el recorrido completo, pero la parte en la que estuvimos presentes fue muy interesante.

Entre otras cosas, se ponía de manifiesto la importancia de los pequeños comercios que no sólo actúan como lugares de dispensación de alimentos u otras mercancías, sino como una extensión de la relación de familiaridad que se establece en este tipo de barrios tan típicos y añorados por la mayoría de los vecinos y vecinas. Son una prolongación de la familia, donde poder dejar un recado para un vecino o el cuidado de tus hijos/as unos instantes. Lugares a los que se acude con plena confianza en todos los sentidos y que contribuyen a dar seguridad al barrio, siendo además elementos disuasorios en caso de agresiones, por ejemplo.

En cuanto a la accesibilidad, el recorrido que hicimos dejaba mucho que desear por la incomodidad del pavimento y la ausencia de cualquier cumplimiento normativo. En el caso de nuestra querida Imelda, la perra guía de Susana, una de nuestras compañeras, vimos cómo sus patitas sufrían mucho. En el caso de las sillas de ruedas, temíamos por sus tornillos, se aflojan y se pierden con el consiguiente peligro de caída. Y del impacto que deja en nuestros cuerpos, mejor ni hablar. Un barrio que resulta tanto una bendición como un calvario para quien tiene allí su domicilio.


Socias de Eliminando Barreras durante el paseo Jane's walk

En ese sentido de la accesibilidad, y desde una perspectiva feminista como el resto del paseo, versó la intervención de nuestra compañera Coral.

En el transcurso del paseo se fueron haciendo varias paradas en las que se  relataba la historia de varias mujeres relacionadas con el barrio. En una de esas paradas, nos contaron a través de una representación teatral  el injusto trato que recibió la madre de Aniceto Sáenz, quien le dedicó una calle a su progenitora, Eustaquia Barrón; sin embargo, y sin que se sepa muy bien el motivo, se masculinizó el nombre de esa calle. Por suerte, la investigación de un ciudadano, que detectó el histórico error, ha conseguido que finalmente la calle vuelva a tener el nombre con el que fue concebida y rotulada a finales del siglo XIX: EUSTAQUIA BARRÓN.

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